S.A.R O SENHOR DOM DUARTE COMENTOU A ANUNCIADA ABDICAÇÃO DO REI DE ESPANHA
S.A.R. o Duque de Bragança considerou hoje que a decisão de S.M. o Rei de Espanha abdicar do Trono se deveu a problemas de saúde e defendeu que o sucessor tem vantagens em relação ao Rei João Carlos.
A razão da decisão do Rei espanhol é, para S.A.R. o Duque de Bragança, explicada pelas dificuldades que o S.M. o Rei João Carlos tem sentido nos últimos tempos em cumprir a sua missão.
"Basta ver as fotografias dele, os problemas de saúde, a dificuldade em deslocar-se", afirmou S.A.R. em declarações à Lusa.
"Cumprir as missões que tem cumprido tem sido um grande sacrifício pessoal", sublinhou, acrescentando que o Rei de Espanha também teve "bons exemplos" na Europa.
"O Rei da Bélgica, a Rainha da Holanda, o próprio Papa abdicaram quando acharam que a sua saúde não estava em condições para cumprirem as suas missões", lembrou.
Juan Carlos de Borbón y Borbón manifestou hoje a sua vontade de entregar a coroa ao filho, depois de um reinado de 39 anos, um dos mais longos da história, que começou na sua proclamação a 22 de Novembro de 1975.
Para S.A.R. o Duque de Bragança, o Rei de Espanha teve um papel fundamental na História daquele país, conseguindo que a transição para a democracia fosse feita de forma pacífica.
"Creio que a grande vantagem da monarquia em países como a Espanha e como a Suécia é que a transição da chefia de Estado é feita de uma maneira tranquila, sem lutas políticas e com uma continuidade que permite ao futuro Chefe de Estado continuar a obra que o Pai fez", defendeu, adiantando que Espanha deve ao actual Rei "uma grande gratidão".
"João Carlos evitou os conflitos que, por exemplo, tivemos em Portugal na transição para a democracia - que foi extremamente violenta, com grande destruição da economia, com milhares de mortos nos países que são hoje da CPLP, verdadeiros genocídios com a independência", referiu.
"Em Espanha, a transição fez-se de uma maneira pacífica e o Rei sempre manteve a unidade nacional, que é muito questionada hoje pela Catalunha e pelos bascos", disse.
Apesar do papel político de João Carlos de Espanha, o Duque de Bragança considera que o herdeiro tem melhores condições para exercer a liderança actual da monarquia naquele país.
"O príncipe Filipe tem algumas vantagens em relação ao Pai", afirmou, sublinhando o facto de falar bem catalão e de estar casado "com uma espanhola de origem muito popular".
Estas características, aliadas ao facto de "ser um jovem muito simpático e caloroso" demonstram que Filipe de Bórbon está "muito integrado na realidade democrática da Espanha de hoje".
Por outro lado, "o príncipe Filipe teve uma preparação técnica e profissional para a sua missão [que foi] notável e tem um relacionamento pessoal com as elites políticas, culturais e militares espanholas que certamente o ajudarão na sua missão", concluiu.
(Fonte: Diário Digital/Lusa)
Carta de abdicação do Rei D. João Carlos I
COMUNICAÇÃO AO POVO ESPANHOL
S.M. el Rey
Mensaje de Su Majestad el Rey a los españoles
Palacio de La Zarzuela. Madrid, 02.06.2014
Mensaje de Su Majestad el Rey a los españoles
Palacio de La Zarzuela. Madrid, 02.06.2014
e acerco a todos vosotros esta mañana a través de este mensaje para transmitiros, con singular emoción, una importante decisión y las razones que me mueven a tomarla.
En mi proclamación como Rey, hace ya cerca de cuatro décadas, asumí el firme compromiso de servir a los intereses generales de España, con el afán de que llegaran a ser los ciudadanos los protagonistas de su propio destino y nuestra Nación una democracia moderna, plenamente integrada en Europa.
Me propuse encabezar entonces la ilusionante tarea nacional que permitió a los ciudadanos elegir a sus legítimos representantes y llevar a cabo esa gran y positiva transformación de España que tanto necesitábamos.
Hoy, cuando vuelvo atrás la mirada, no puedo sino sentir orgullo y gratitud hacia vosotros.
Orgullo, por lo mucho y bueno que entre todos hemos conseguido en estos años.
Y gratitud, por el apoyo que me habéis dado para hacer de mi reinado, iniciado en plena juventud y en momentos de grandes incertidumbres y dificultades, un largo período de paz, libertad, estabilidad y progreso.
Fiel al anhelo político de mi padre, el Conde de Barcelona, de quien heredé el legado histórico de la monarquía española, he querido ser Rey de todos los españoles. Me he sentido identificado y comprometido con vuestras aspiraciones, he gozado con vuestros éxitos y he sufrido cuando el dolor o la frustración os han embargado.
La larga y profunda crisis económica que padecemos ha dejado serias cicatrices en el tejido social pero también nos está señalando un camino de futuro cargado de esperanza.
Estos difíciles años nos han permitido hacer un balance autocrítico de nuestros errores y de nuestras limitaciones como sociedad.
Y, como contrapeso, también han reavivado la conciencia orgullosa de lo que hemos sabido y sabemos hacer y de lo que hemos sido y somos: una gran nación.
Todo ello ha despertado en nosotros un impulso de renovación, de superación, de corregir errores y abrir camino a un futuro decididamente mejor.
En la forja de ese futuro, una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco.
Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana.
Mi única ambición ha sido y seguirá siendo siempre contribuir a lograr el bienestar y el progreso en libertad de todos los españoles.
Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera y a cuyo servicio he puesto todas mis capacidades, mi ilusión y mi trabajo.
Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica.
Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad.
El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia.
Por todo ello, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España, de manera que por el Gobierno y las Cortes Generales se provea a la efectividad de la sucesión conforme a las previsiones constitucionales.
Así acabo de comunicárselo oficialmente esta mañana al Presidente del Gobierno.
Deseo expresar mi gratitud al pueblo español, a todas las personas que han encarnado los poderes y las instituciones del Estado durante mi reinado y a cuantos me han ayudado con generosidad y lealtad a cumplir mis funciones.
Y mi gratitud a la Reina, cuya colaboración y generoso apoyo no me han faltado nunca.
Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón.
Me propuse encabezar entonces la ilusionante tarea nacional que permitió a los ciudadanos elegir a sus legítimos representantes y llevar a cabo esa gran y positiva transformación de España que tanto necesitábamos.
Hoy, cuando vuelvo atrás la mirada, no puedo sino sentir orgullo y gratitud hacia vosotros.
Orgullo, por lo mucho y bueno que entre todos hemos conseguido en estos años.
Y gratitud, por el apoyo que me habéis dado para hacer de mi reinado, iniciado en plena juventud y en momentos de grandes incertidumbres y dificultades, un largo período de paz, libertad, estabilidad y progreso.
Fiel al anhelo político de mi padre, el Conde de Barcelona, de quien heredé el legado histórico de la monarquía española, he querido ser Rey de todos los españoles. Me he sentido identificado y comprometido con vuestras aspiraciones, he gozado con vuestros éxitos y he sufrido cuando el dolor o la frustración os han embargado.
La larga y profunda crisis económica que padecemos ha dejado serias cicatrices en el tejido social pero también nos está señalando un camino de futuro cargado de esperanza.
Estos difíciles años nos han permitido hacer un balance autocrítico de nuestros errores y de nuestras limitaciones como sociedad.
Y, como contrapeso, también han reavivado la conciencia orgullosa de lo que hemos sabido y sabemos hacer y de lo que hemos sido y somos: una gran nación.
Todo ello ha despertado en nosotros un impulso de renovación, de superación, de corregir errores y abrir camino a un futuro decididamente mejor.
En la forja de ese futuro, una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco.
Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana.
Mi única ambición ha sido y seguirá siendo siempre contribuir a lograr el bienestar y el progreso en libertad de todos los españoles.
Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera y a cuyo servicio he puesto todas mis capacidades, mi ilusión y mi trabajo.
Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica.
Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad.
El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia.
Por todo ello, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España, de manera que por el Gobierno y las Cortes Generales se provea a la efectividad de la sucesión conforme a las previsiones constitucionales.
Así acabo de comunicárselo oficialmente esta mañana al Presidente del Gobierno.
Deseo expresar mi gratitud al pueblo español, a todas las personas que han encarnado los poderes y las instituciones del Estado durante mi reinado y a cuantos me han ayudado con generosidad y lealtad a cumplir mis funciones.
Y mi gratitud a la Reina, cuya colaboración y generoso apoyo no me han faltado nunca.
Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón.
Sobre a abdicação do Rei de Espanha, o cabeçalho do Editorial de hoje do jornal El País diz tudo: "Garantía do futuro"
Em Espanha, no mesmo fôlego em que o Rei abdica, a sua sucessão está assegurada, garantindo a continuidade (muito bem preparada) e a estabilidade da Instituição Real. Com normalidade e sem tropeços, sobe ao trono o Rei Filipe VI, com o olhar no futuro, os pés assentes no presente, apoiado pelos alicerces da história. Uma nova cara, a mesma Coroa.
Em Espanha, no mesmo fôlego em que o Rei abdica, a sua sucessão está assegurada, garantindo a continuidade (muito bem preparada) e a estabilidade da Instituição Real. Com normalidade e sem tropeços, sobe ao trono o Rei Filipe VI, com o olhar no futuro, os pés assentes no presente, apoiado pelos alicerces da história. Uma nova cara, a mesma Coroa.
REI DE ESPANHA ABDICA - COMUNICADO DA DIRECÇÃO NACIONAL DA JMP
Relativamente à abdicação do Rei de Espanha, a Direcção Nacional da JMP toma a seguinte posição:
1. Apesar de surpresos, os espanhóis sabem que “amanhã” a paz e a democracia continuarão garantidas, uma vez que o novo Rei “encarna a estabilidade, sinal da identidade da monarquia”, como referiu Juan Carlos relativamente ao Príncipe Filipe.
2. As razões que levaram à abdicação provam a enorme sensatez do Rei, bem como a sua capacidade para perceber e sentir o povo espanhol. O Rei de Espanha não vive numa realidade paralela, conhece bem os espanhóis e os espanhóis conhecem-no bem.
3. Juan Carlos pode olhar para trás e sentir-se orgulhoso do seu serviço. Espanha modernizou-se, democratizou-se e é reconhecida internacionalmente. Mas mais do que a participação na construção de Espanha, o Rei deu o exemplo de como se deve servir um país, recusando poder e clientelas.
4. Espanha tem a possibilidade de “passar à primeira linha uma geração mais jovem, com mais energias”. O Príncipe Filipe foi preparado para servir os espanhóis e reúne as qualidades e formação necessárias para enfrentar os desafios deste século.
Em Portugal a chefia de estado esteve, ainda está, presa a uma mesma geração, inadaptada, presa no tempo…
A Direcção Nacional da JMP
Lisboa, 2 de Junho de 2014
Juventude Monárquica Portuguesa
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